4 feb 2010

Volviendo a soñar

Llegué justo al lugar donde nos habíamos citado. Un mesero me entrega un mensaje de quien espero, mientras me invita aguardar en una de las mesas del segundo piso. «En lo que aguarda ¿le ofrezco algo de beber?». Agradezco el gesto y le acepto un café, mientras mis pasos se dirigen hacia las escaleras de lugar.
A cada paso de escalón iba desenvolviendo el mensaje, el cual conforme lo iba abriendo aparecía no sólo un mensaje, si no una hermosa orquídea de papel amarillo pálido, de la cual se desprendía una fragancia dulce y envolvente que impregnaba todo el lugar. «Este es mi libro favorito y como tú, la flor», era el texto del mensaje el cual lo acompañaba la portadilla de un libro, la orquídea de papel y una hoja de papel bond a manera de «sobre» que reunía todos los elementos.
No podía dar crédito mis ojos a aquellas palabras: era una declaración de amor. Inmediatamente guardé el mensaje al escuchar su voz. ¿Quién diría que alguien con quien apenas había cruzado algunas palabras y a quien ocasionalmente me encontraba con amigos en algún café me llegaría a escribir tales palabras –que habían removido mis entrañas, dejando volar las mariposas en el estómago?–. Al incorporarme estaba ahí, justo frente a mí, «siempre lo supe», dijo mirándome las manos que intentaban guardar en el bolso el mensaje. Apenas sentí el rubor de mis mejillas, cuando de repente y sin esperarlo sus brazos me rodearon, saliendo de sus labios un beso inesperado que desencadenó el revoloteo de las mariposas.

Y justo en ese momento…desperté.
(Que hermoso es volver a soñar).

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