27 mar 2008

Aquí se rompe una taza...

Hay cosas que nos ayudan a no olvidar quienes somos, lo que nos gusta, pero sobre todo, aquellos momentos clave que construyeron historias, relatos.

Hoy se ha roto aquella que me transportaba a las mañanas en ese departamento en la calle Chilpancingo en la ciudad de México, las burlas hechas por las amigas por mi celo hacia ella, las tardes de plática con mi abuela antes de fallecer.

Hoy se rompió una de mis tazas más queridas, aquella que me recordaba que aunque bebiera café, mi alma era de una niña que corre contra el viento, curiosa, traviesa, melosa...

Es feo ver como se rompe algo, que pareciera ser sólo un objeto, pero era más que eso, se fracturó parte de la niña que llevo dentro.

24 mar 2008

Llantos

Si hubiese una paleta orígenes de las lágrimas que solemos derramar los mortales, podríamos nombrar tres divisiones: las de dolor, las alegres y las tristes. Las primeras son aquellas que se derraman cuando te cortas, te inyectan o te golpeas; vaya, tienen que ver con tu salud.

Las segundas son acompañadas con una sonrisa en los labios, entre carcajadas, e incluso hasta con brinco y bailes de júbilo. El motivo puede ir desde el nacimiento de un hijo, pasando por un presente que nunca pesaste que tendrías, hasta una hermosa sorpresa del ser amado.

Entre las tristes, la intensidad varía según el suceso: que te termine el novio(a), la despedida de un buen amigo al que pasarás mucho tiempo sin ver, o la muerte de un ser querido. Entre estas, no hay llanto más desgarrador que el de una madre que llora por su hijo muerto.

Sólo una vez lo he escuchado y es tan doloroso, que la piel se te eriza, e incluso uno puede empezar a llorar sin darse cuenta, pues el pesar es tanto que se trasmite y es inevitable unirte.

Estar expuesta a este dolor, ha generado un miedo en mi latente; que al momento de la tragedia ajena, para mí ya tiene un nombre. La idea en mi cabeza y la empatía hizo que rodaran lágrimas que traté de ocultar; para menguarse luego de borrar esa idea repentina.

Muchas veces me pensé invensible, con miedos disipables en el caminar...ahora, esa seguridad es un positivo falso.

21 mar 2008

Entre escombros y cenizas

¿Qué pasa cuando la vida te da un vuelco y te hace una jugada que no esperaste nunca, cuando de repente lo que parecía un gran avance en el camino, se vuelve un espejismo?

Pasó el temblor más fuerte en mis casi 29 años, y aún no se han retirado los escombros, no se ha hecho una planificación ni un recuento de los daños para volver a levantar todo aquello que fue destruido.

Los resurgires son interensantes y hermosos a la vez, el ave fénix es una muestra de ello, pero no deja de ser doloroso el proceso, aún siguen doliendo los golpes y las cicatrices.

Pese a que el pronóstico en estos últimos días no parecen nada alentadores, hay momentos en que la sonrisa sincera de alguien que va descubriendo el mundo hace que los daños sean menos fuertes, pero aún siguen ahí, y siguen siendo daños.

Sé que pasará, sus inocentes ojos me lo demuestran al verme, la pregunta es ¿cuánto tiempo transcurrirá y cuándo dejará de doler?

18 mar 2008

Bailando tango

Uno puede enamorarse de una sonrisa o de una mirada, caer perdidamente ante las atenciones y deferencias que pueden tener con uno al dejarse llevar por el compás de ese endulzante y mortal baile que podríamos llamarle el Tango del amor.

Sin embargo, el peor desgarramiento en este baile es cuando uno se enamora de las letras, de esos verbos escritos que van muriendo poco a poco al esperar que sean accionados. Estos matan la pasión, el fuego con el que alguna vez se bailó, el cual generaba la emoción para desgarrarse el alma y hasta el corazón.

La lección: cuidate de las letras, pero no dejes de bailar, que no te importe la edad ni las caidas durante el bailon.

Del olvido al no me acuerdo

Hay imágenes perdidas que buscan encontrar su lugar dentro de un rompecabeza atemporal. Éstas surgen o aparecen en donde menos se lo espera (en el trajinar cotidiano mientras esperas que el semáforo cambie de color, caminando alrededor de un lago al percatarsee que emerge una tortuga, al ver el atardecer pintado color en rojo sangre, incluso cuando ves los ojos de ese pequeño cuando uno le cambia el pañal), emergen a la menor provocación, para después durar días sin saber de ellas.

Uno no sabe que quiere decir, o qué significa este devenir; pero en particular, me inquietan el alma aquellos que acaecen en sueños, pues su naturaleza etérea deja aún más profunda la sesación de zozobra.

He descubierto la pieza elemental de uno de tantos de estos rompecabezas. Hoy, después de tanto tiempo, te soñé, pese a que aún no encuentro y no sé con certeza el por qué de esta treta de la memoria, de algo estoy segura: mi subconciente se rehusa ha olvidarte.

17 mar 2008

Oda al café

La primera taza, humea en mis labios y en mi garganta;
la segunda, viola mi soledad;
la tercera, penetra en mis entrañas y remueve en ellas millares de raras ideografías;
la cuarta, me baña en leve sudor y todos los pesares de mi vida son eliminados a través de mis poros;
la quinta taza, estoy purificado;
la sexta, me transporta a la morada de los inmortales.


Lu Wu

Fin de mundo

Por eso tengo que volver a tantos sitios venidores
para encontrarme conmigo y examinarme sin cesar,
sin más testigo que la luna
y luego silbar de alegría pisando piedras y terrones,
sin más tarea que existir,
sin más familia que el camino.

Pablo Neruda

8 mar 2008

Príncipes, frutas o dioses

Hay mujeres que creen que están en un cuento y esperan a un príncipe azul, montado en un caballo y que vendrá al rescate de ellas para juntos ser felices para siempre en su palacio.

Otras creen que el hombre que llegará a sus vidas será como una fruta, una media naranja (manzana, pera, guanábana o la fruta que más le guste) que será el complemento de lo que ella cree que le falta,que no tiene o no puede realizar por sí misma.

Dioses es como unas los llaman. Como si el cielo fuera su casa y sólo bajaran a la tierra porque es en ciertos momentos cuando el mundo merece su presencia.

En el camino me he encontrado con príncipes que pese a que no eran tan azules, ni tenían un hermoso caballo, y me los hallé en el camino sin querer o simplemente tropezamos; no eran seres tan perfectos como nos relataban nuestras madres o abuelas en los cuentos que leían o inventaban antes de irnos a dormir.

Las frutas me encantan, son saludables, ricas en vitaminas y hasta hay aquellas que de sólo saborearlas nos invitan a lugares paradisiacos, como los cocos, por ejemplo, pero las frutas, frutas son.

Los Dioses, en el quórum realizado, todas votamos que sólo hay uno.

El debate abrió en mi una conclusión: sé que no hay príncipes cabalgando y sobre todo sé que no necesito que me rescaten, mi búsqueda es personal pero no estoy en peligro ni hay dragones en el camino. Una media naranja no creo encontrar, porque no estoy inválida de ninguna parte que necesite una mitad que me complemente; y un Dios, pues está de más decir, creo en uno sólo y no representantes terrestres.

Un ser humano, un simple mortal es con quien quiero estar. Alguién con quien compartir los atardeceres, las pocas lluvias de la ciudad (pero no por eso menos refrescantes), un buen libro, ir al cine, bailar, caminar, platicar, hacer travesuras, jugar carreritas y demás. Compartir ambos nuestros momentos buenos y malos, los triunfos y los fracasos, sus alejamientos y "mis días". Ser una pareja sin perder nuestra individualidad, y como individuos enamorarnos mutuamente, respetarnos y nunca dejar que una pelea sobrepase a un día (las peleas llevadas a la cama hacen los sueños amargos).

Algunas no creen que encuentre a mi simple mortal; y de encontrarlo, apuestan a que o estará casado, en celibato, gay o definitivamente habrá tierra de por medio que nos separe. Lo que no saben es que no tengo prisa.