18 mar 2008

Bailando tango

Uno puede enamorarse de una sonrisa o de una mirada, caer perdidamente ante las atenciones y deferencias que pueden tener con uno al dejarse llevar por el compás de ese endulzante y mortal baile que podríamos llamarle el Tango del amor.

Sin embargo, el peor desgarramiento en este baile es cuando uno se enamora de las letras, de esos verbos escritos que van muriendo poco a poco al esperar que sean accionados. Estos matan la pasión, el fuego con el que alguna vez se bailó, el cual generaba la emoción para desgarrarse el alma y hasta el corazón.

La lección: cuidate de las letras, pero no dejes de bailar, que no te importe la edad ni las caidas durante el bailon.

2 comentarios:

  1. Hola... Llegué a ti al azar, caminando, vagamundeando... Me gustó lo que te leí, tus haikus de melancolía... A lo mejor si me visitas encuentras algún remedio homeopático para continuar el camino revitalizada... No busques tanto, mujer... déjate encontrar es lo que recomiendo a mis pau-cientes lectores... Por fin he escrito la “crónica” de mi viaje a la ballena-isla-volcán, a Tenerife, y la he compuesto en cinco capítulos sucesivos con una portada-entrada de aperitivo… Es mi regalo esta Semana Santa para todos que me leen. Aconsejo leerlos poco a poco, serenos, como caminando… como yo lo hice viviendo esos días… Ojalá te guste y viajes conmigo algún día más... saludos... Pau

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  2. Con el corazón sangrante en la mano, te vengo a decir que seres un ser humano maravilloso Michelle...sensible y noble como tú sola lo eres amiga...le doy gracias a Dios por reencontrarte. te quiero mucho..Fortunato.

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