26 jun 2007

Quisieras

Anhelo tanto tenerte a mi lado, sentir tus brazos rodeándome en un caluroso abrazo y tus manos incendiándome.

Quisiera volverme a ver en tus ojos, pero que no fuera sólo por un instante, que fuera constante, que me contemplaran mientras crece la semilla, y que a la par, fuéramos juntos testigos de lo hermoso que es ver una vida luchar por la vida.

Sabes, quisiera no estar sola, no sentir esta opresión en el pecho; pero eso es una anhelo, un deseo, un quizás.

Me duele mucho la soledad y siento como me carcome día a día la piel, y él siente como mi cuerpo destila la tristeza. Me duele levantarme cada mañana sin nadie a mi lado y decir "Buenos días", esperando, creyendo o imaginando que él me responde desde adentro.

Quisiera, como quisiera tantas cosas. Lo cierto es que he despertado del sueño, del letargo, y la aventura terminó. Sólo resta pedir un deseo (sin esperar nada) al aire, a la luna, a las estrellas: Quisiera tanto que estuvieras conmigo.

Vivificando

Para un día que destila tristeza hasta por el poro más pequeño del cuerpo, no hay nada mejor que caminar por Paseo de la Reforma en dirección al castillo.

Si inicia uno la caminata desde Insurgentes, al llegar a la glorieta coronada por la palmera real, te darás cuenta que los árboles estelareas han oxigenado la tristeza, de la cual, sólo habrá quedado un pequeño halo al llegar al Ángel. Él al verte detectará tu angustia y alzará sus alas llevandose con una ráfaga de su aleteo todo tu pesar, y te hará recordar quien eres, qué eres, dónde pisas, tus sueños...pero sobre todo tu esencia. Te recordará tu libertad.

De los ojos caerán gotas, lágrimas sin sentido alguno, pero con una descarga de ellas, tu corazón queda en paz, tu alma tranquila y tu espíritu vivificado.

14 jun 2007

Negrito

Hoy te soñé. Eres justo como me imagino que serás: piel chocolate con ojos miel, igual que él. Tu cabello parecian resortes de caramelo oscuro, pero lo más lindo eran tu boca color cereza.

Eras el retrato más hermoso de un negrito cucurumbé y espero que así sea cuando te vea en diciembre. Por ahora sólo queda esperar.

9 jun 2007

Un corazón

Hoy escuché el latir de tu corazón y una sonrisa en el rostro fue inevitable dibujar. Pienso en tí y en tus ojos, los que espero que sean dulces y cristalinos como la miel, iguales como el que te dio vida.

Es emocionante hablar a la nada y saber que me escuchas, imaginarme tus manos, tu rostro, tu llanto, tu voz... quisiera que ya estuvieras aquí.

La ciudad nos despide con lluvia, buen augurio, y aunque duele desprenderme de esta hermosa ciudad, sé que pronto regresaremos, sé que no se ha escrito la última historia en este lugar, además es un presentimiento.

El tiempo pasa volando, veremos que nos dice él.