25 abr 2008

A mi ventana

Entras por la ventana acariciándome el rostro con tu luz. Obscuro el cuarto y tu, entrando como cuando consuelas a un hijo, callada, sólo acariciando y presentándote como sólo tu lo sabes hacer, cuestionando en silencio el motivo de mi pesar.

Y respondo: Quisiera...quisiera..sí, eso quisiera; pero de qué me sirve pregonarlo si no se va a conceder, si no puedo cerrar los ojos y fingir con eso que no puedo ver. La realidad nunca había sido tan cruel, y los castillos en el aire más etéreos e ingenuos que rayan en la estupidez de su arquitecta.

Te envidio, porque desde lo alto ves todo aquello que deseas ver, porque sabes a donde vas y tu camino a recorrer; mientras que yo sigo buscando sin encontrar.

Enojo

Enojo, es la segunda etapa de un luto estúpido que le guardo aún no sé a quién o a qué, pero lo siento por los dejos de tristeza que en ocasiones aparecen como fantasmas.

Los días se han tornado raros, grises, pero no un gris lluvia, sino un gris olvido, un gris que absorve la memoria para no pensar hubieras, en podrías; si no en el siguiente minuto que llega para borrar al que se va y así sucesivamente.

Todas mis búsquedas se han presentado, anunciado y despedido; pero ésta que es al interior, aún permanece sin decir siquiera un hola, lo cual me enoja, me encabrona tanto que no queda mas que observarla para saber qué diablos hará.

Esperar, no me queda más que esperar (y con lo impaciente que soy), con un valemadrismo; en espera de no dañar a los alrededores, pues al final de cuentas, no tienen por qué pagar justos por pecadores, ¿verdad?

Cuatro poemas y un haiku de un padre desacostumbrado...

Se va y vuelve la vida, como las olas...

Y en una de ésas, zash... / llega a mi playa un amor esta vez para siempre: / un cuerpito que será grande y tendrá voz grave... / manos de hombre para acariciar torpe a su madre... / ojos de halcón para ver lejos y desde lo alto... / cuello-diana en donde acertarán mis besos-flecha / el resto de los días que ahorré para ti...

Un mar chico corre por el mar de mi vida, que ya viene...



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Vienes lento, amor...
—te pareces a la nieve, los caprichos.
Sólo pensarte presiento la primavera y sus inundaciones...
—las presas las abrí para ti: mi risa, mis lágrimas.
Te espero despierto sin horas ya, sólo segundos…


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Aquí arriba seré todo oído a tu escucha: / en la cuna, rodando entre sueños... / persiguiendo tus primeros pasos, / las primeras caídas (que no duelen)… / o los sollozos y carcajadas sin dientes… / tus susurros escondidos, el escándalo / de tus aplausos de sorpresa, de alegría, / cuando creas que no te ve nadie… / o los primeros balbuceos aún sin palabras… / Seré todo oído para ti desde esta montaña / sobre el mar: ensimismado en ti, ocupado por ti, / invisible para ti, amor hijo —ciegos: tú, yo… lejanos.

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Sé que los años pasan más deprisa de lo que uno quiere, / que mi barba, mi cabello, se teñirán de gris primero, / luego de blanco; se cansará pronto la mirada que ha visto tanto, / y luego los párpados… la piel del cuello… las manos / se deformarán y plegarán por gravedad —dicen— y el peso del tiempo, aliados... / y no sabré ir a tu paso... ¡ay, no podré correr tras de ti! / tendrás que esperarme un rato largo mientras llego... / dejarme apoyar en tu hombro cada vez más alto, / abrazarme alrededor de tu estrecha cintura pero musculosa... / me dejaré llevar a tu gusto, fingiré mayor debilidad, / seré feliz indigente, un pobre viejo para que me mimes... / ¡Ay, amor, niño! ¿Por cuánto tiempo conocerás sólo mi voz, / mis caricias de vez en cuando... mis postales… una foto / de un señor casi extraño, apenas mi nombre? / Se hace uno viejo tan deprisa que me da miedo.


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HAIKU HIJO

A un hijo se le desea,
aun ciego, mudo, sordo,
aún invisible se le quiere…

—te huelo, amor, sólo con escribir tu nombre...


Pau Llanes

24 abr 2008

Preguntas al aire

¿Cómo extrañar algo que nunca has tenido?

¿Cómo olvidar algo que no existió?

Si en el bosque caé un árbol y no hay nadie a los alrededores que escuche el derrumbre ¿hace ruido?

El amor ¿nace o se hace?

¿Quién se ha llevado el mes de abril?

11 abr 2008

Alas

Dejar mis alas para construir las suyas es algo doloroso y hermosos a la vez. Esta dualidad me cuesta trabajo tomarla para replantear, para usarla como norte de la brújula que podría señalar un camino a seguir.

Aún siguen las dudas, los miedos, pero pese a eso ya no los enfrento sola, ahora estas tú a mi lado.

Quisiera recobrar las fuerzas de antes, el ánimo que me hacía reir y sonreir a la menor provoación, la ilusión que me llevaba soñar y crear esos inofensivos castillos en el aire... mis alas, para que junto con las tuyas, podamos volar lejos sin rumbo.

Descarne

Despedidas de amigas, destierros amorosos, muertes, pérdidas, son suceso que han quitando pequeños pedazos de piel que con el tiempo han vuelto aparecer. No hay forma de decir cual dolió más o menos, cual fue el que tardó más tiempo en sanar, o simplemente cuando dejó de doler.

La pérdida de la libertad de hacer y deshacer es el descarne que ha dolido más: mi hermosa volatilidad que me hacía ir y venir (Alguna vez entre amigas decíamos: libres como el viento, peligrosas como el mar!). No sé cuanto dure curar esta gran herida, no sé cuando dejará de doler, pero lo único que sí sé es que ese dolor es el más grande que he sentido y el único que me ha hecho reconocerme como una real masoquista, ya que con él a su vez he recibido disfruto de una gran alegría: mi hijo.