25 abr 2008

Cuatro poemas y un haiku de un padre desacostumbrado...

Se va y vuelve la vida, como las olas...

Y en una de ésas, zash... / llega a mi playa un amor esta vez para siempre: / un cuerpito que será grande y tendrá voz grave... / manos de hombre para acariciar torpe a su madre... / ojos de halcón para ver lejos y desde lo alto... / cuello-diana en donde acertarán mis besos-flecha / el resto de los días que ahorré para ti...

Un mar chico corre por el mar de mi vida, que ya viene...



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Vienes lento, amor...
—te pareces a la nieve, los caprichos.
Sólo pensarte presiento la primavera y sus inundaciones...
—las presas las abrí para ti: mi risa, mis lágrimas.
Te espero despierto sin horas ya, sólo segundos…


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Aquí arriba seré todo oído a tu escucha: / en la cuna, rodando entre sueños... / persiguiendo tus primeros pasos, / las primeras caídas (que no duelen)… / o los sollozos y carcajadas sin dientes… / tus susurros escondidos, el escándalo / de tus aplausos de sorpresa, de alegría, / cuando creas que no te ve nadie… / o los primeros balbuceos aún sin palabras… / Seré todo oído para ti desde esta montaña / sobre el mar: ensimismado en ti, ocupado por ti, / invisible para ti, amor hijo —ciegos: tú, yo… lejanos.

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Sé que los años pasan más deprisa de lo que uno quiere, / que mi barba, mi cabello, se teñirán de gris primero, / luego de blanco; se cansará pronto la mirada que ha visto tanto, / y luego los párpados… la piel del cuello… las manos / se deformarán y plegarán por gravedad —dicen— y el peso del tiempo, aliados... / y no sabré ir a tu paso... ¡ay, no podré correr tras de ti! / tendrás que esperarme un rato largo mientras llego... / dejarme apoyar en tu hombro cada vez más alto, / abrazarme alrededor de tu estrecha cintura pero musculosa... / me dejaré llevar a tu gusto, fingiré mayor debilidad, / seré feliz indigente, un pobre viejo para que me mimes... / ¡Ay, amor, niño! ¿Por cuánto tiempo conocerás sólo mi voz, / mis caricias de vez en cuando... mis postales… una foto / de un señor casi extraño, apenas mi nombre? / Se hace uno viejo tan deprisa que me da miedo.


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HAIKU HIJO

A un hijo se le desea,
aun ciego, mudo, sordo,
aún invisible se le quiere…

—te huelo, amor, sólo con escribir tu nombre...


Pau Llanes

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