25 abr 2008

Enojo

Enojo, es la segunda etapa de un luto estúpido que le guardo aún no sé a quién o a qué, pero lo siento por los dejos de tristeza que en ocasiones aparecen como fantasmas.

Los días se han tornado raros, grises, pero no un gris lluvia, sino un gris olvido, un gris que absorve la memoria para no pensar hubieras, en podrías; si no en el siguiente minuto que llega para borrar al que se va y así sucesivamente.

Todas mis búsquedas se han presentado, anunciado y despedido; pero ésta que es al interior, aún permanece sin decir siquiera un hola, lo cual me enoja, me encabrona tanto que no queda mas que observarla para saber qué diablos hará.

Esperar, no me queda más que esperar (y con lo impaciente que soy), con un valemadrismo; en espera de no dañar a los alrededores, pues al final de cuentas, no tienen por qué pagar justos por pecadores, ¿verdad?

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