12 feb 2010

Un café especial


La combinación no tiene comparación alguna: un delicioso café oaxaqueño servido en una taza de barro con un cielo estrellado y una luna pintada, y en su base, mi nombre.
Las tazas, de un tiempo a la fecha, son algo que me han gustado conservar con especial cariño, pues unas me acompañan de mis viajes y aventuras, otras me recuerdan mis trabajo realizado o detalles de quienes amo hacía a mí. Pero esta taza, en definitiva, ha desbancado a las demás: es la más sencilla, la más frágil, pero la más hermosa de entre ellas. Desde que la ví, pareciera recordarme mis sueños mientras que cada sorbo de café los llama a la vida desde donde han sido enterrados ("no es malo soñar mientras se aterriza", me dijo alguien por ahí).
¿A quien no le gusta un buen café en una hermosa taza?

P.D. Coma Luna, ¿a poco no está rechula?

4 comentarios:

  1. Herrrrmosa!!!!
    Dónde la conseguiste? Yo quiero la mía!! Se mandan a hacer especial? La encontraste por casualidad? Te la regalaron? Qué belleza!!
    Quiero la mía!!!! ;-)

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  2. Me la compró mi amigo Omar en Oaxaca, ignoro todas las respuestas de las preguntas que me haces, pero te investigo ;)

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  3. Fe de errata: he recibido un sopapo de Omar diciéndome que tanto la taza como el café son chiapanecos.

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  4. Andabas cerca... Juar juar juar!!!
    Tendré que buscar quién vaya a Chiapas para que traiga su tacita a la Cieloazul... :-D

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