26 abr 2010

Placeres culinarios

Alguna vez escuché de boca de un amigo (aprendiz de chef) que hay deleites culinarios que eran tales las sensaciones que brindaban al paladar, que era muy cercano a un placer carnal (llámese orgasmo). La verdad cuando llegué a escuchar esta aseveración, a mi ver, lo taché de algo muy, pero muy exagerado de su parte; pese a que él tiene un mayor conocimiento de especies e ingredientes que esta simple mortal, que a lo mucho a experimentado con la pimienta blanca.
Hace exactamente dos días que he caído en cuenta que esto es real...lo viví y experimente. El causante: La ensalada Capital (ahora me explico el porqué del nombre).
Aprovechando la pausa que nos dieran en la escuela, mis compañeros y yo fuimos a una nueva "propuesta de comida" que está cerca de la universidad. El lugar es muy rico, atractivo y acogedor. La selección de algo "tan ligero" fue en apoyo a una amiga que está malita de su vesícula (por lo que está a dieta de frutas y verduras) y me uní a la causa de comer ensalada. La pedí y llegó. Al verla no fue de mi total agrado que revolviera una fruta con las verduras, pero no era cualquier fruta, era unas deliciosas y suculentas fresas. Ni cara de fuchi alcancé a poner, ya que el tiempo apremiaba y al mal paso había que darle prisa (20 minutos para comer, era poco tiempo dado por el profesor). El primer bocado fue un explotar de sensaciones extrañas...no lo podía creer como los sabores iban hilbanándose para formar una sesación casi afrodisiaca... el segundo bocado terminó siéndolo; las fresas, pasas, almendras, nueces y fresas bañadas en un bálsamo especial dieron el estiron.
No me cansé en ofrecerles a mis compañeros pero cada quien estaba en lo suyo. Yo estaba extasiada, no quería que se acabara, pero se terminó. Fue tanto mi gusto que me fue imposible no agradecerle al anfitrión tan delicioso platillo. Llegué a clases aún sintiendo los sabores y las explosiones que indudablemente me habían dejado deseando más, acompañado de sonrisas y sorpresa de mi parte. Terminé recomendándola a mi clase. Menos mal que fue solo una ensalada.

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