6 abr 2010

Extrañando tu presencia

Cansancio, ojos a medio abrir, y la computadora prendida intentado hacer el mejor esfuerzo posible para resolver la tarea de la escuela. El reloj marca las 12:30am y en eso escucho unos pequeños pasos que se dirigen a mí... "mamá". A mi lado está mi pichirrín pidiéndome los brazos. El sueño se había espantado y lo encamino a la cama para acostarme con él. Asegurándome que queda de nuevo dormido encamino mis pasos, y ojos, a la pantalla. Media hora después vuelvo escuchar lo pasos y ahí está de nuevo pidiéndome los brazos. Casi queriéndome enojar porque no me dejaba avanzar, me di cuenta de algo sorprendente: hay alguien que extrañaba mi presencia y que la demandaba para dormir. Fue con este pensamiento que una sonrisa se dibujó en mi rostro y no pude más que volver acompañarlo para arroparlo y decirle en voz bajita "te amo mucho". "Amo, mamá" y cerró de nuevo sus claros ojos.

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