12 abr 2010

De amores y cosas peores







En ocasiones me he preguntado qué es mejor tener ¿una solvencia económica que me permita vivir sin preocupaciones, felicidad, entendiéndolo como estar en el equilibrio total donde no te falta nada a nivel emocional; o amor, entendiéndose en específico aquel que se retribuye entre una pareja?

Es una pregunta difícil que a veces en mis momentos de ocio vienen a la mente los hubieras, las posibilidades, los planes a, b y c a tal o cual evento en mi vida... en fin; y sin más esta película llegó para terminar de elucubrar sobre mi situación actual.

Hay mujeres (y hombres) que se encuentran casadas, con una persona que no las hace feliz, porque nunca congeniaron en su relación, pero pese a todo, se arriesgaron a estar juntos. Por una extraña -y peligrosa- razón siguen unidos como en calidad de roommates más que como parejas en sí, donde el amor a los hijos parece ser el "motivo" para estar juntos así como la comodidad que les brinda el patrimonio económico que juntos han formado, así como el reconocimiento social como pareja; pero al interior de la casa se importan un cacahuate lo que les sucede tanto a uno como el otro.

Hay parejas que son felices; sin embargo, la frustración de la mujer (hombre) es tanta que empieza asfixiar la relación de no ser porque el compañero(a) le hecha todas las ganas del mundo para salir adelante y echarle porras; al final de cuentas hicieron un juramento para estar en las buenas y las malas.

Hay otro grupo donde tanto el hombre como la mujer, son felices, tiene la economía suficiente como para despreocuparse de la vida, que al parecer por eso son felices; e incluso sintiéndose con el derecho de ser jueces sobre la vida de los demás.

Y quien es soltera en un círculo social así, es de plano "la jodida" porque, pese a todos los problemas que puede tener un matrimonio, está sola y sin perro que le ladre: así al final de cuentas es como te ven tus amigos (y la sociedad).

Más o menos en esto versa la película, y la pregunta es ¿entonces qué puede esperar uno? No me gustaría estar con un roommate pues para eso puedo rentar con cualquier amiga o amigo; e incluso le importaría mi bienestar. No me considero depresiva, por lo que no me gustaría ser la porrista oficial los 365 días del año de un compañero depresivo-compulsivo (claro hay excepciones por lo que una puede ser porrista por un periodo corto de tiempo). Encontrarme a un príncipe azul con castillo, caballo, herencia en vida y más...es mero cuento de Disney. Soltera jodida, no creo estar ahí, aunque no tenga a mi lado una pareja y sin perro que me ladre.
Y es aquí cuando entra la dualidad: ¿vale más sola(o) que mal acompañada? ¿qué hay que hacer para que uno pueda encontrar la felicidad? ¿que hay que hacer para encontrar la armonía con "ese" (esa) que nosotros la podremos ver como príncipe (princesa) azul (rosa)? ¿es mejor compartir tus triunfos y metidas de pata, o de plano mejor anotarlas en un diario y festejarlo solo?
Hasta el momento no lo sé, da miedo, sip, reconozco que de solo pensarlo da miedo, pero me podría arriesgar... es la historia de mi vida.

Hija de matrimonio divorciado, ese temor lo vio mi papá alguna vez, y no fue en vano su pregunta sobre el tema, y a qué edad deseaba casarme. Mi respuesta le sorprendió: "Nunca".
Y de ahí vino un consejo que guardo con celo: "las relaciones personales son muy difíciles, pero la convivencia en pareja es muy hermosa y gratificante; y más cuando de ella nacen frutos tan hermosos como los hijos. El punto para que pueda sobrevivir es tener el equilibro: como si fuera una mesa de cuatro patas. Debe haber comunicación, respeto, amor y confianza. Si una de estas falla, la mesa está mocha y se cae todo lo que pongas encima de ella".

No sé si algún momento de mi existencia tenga la oportunidad de construir con alguien nuestra propia mesa, y aunque es algo que está presente cada día en mis pensamientos, el miedo a lo nuevo -una especie de incertidumbre- está presente...pero en el fondo sé que correr el riesgo valdrá la pena.

1 comentario:

  1. Mi recomendación: si quieres vivir la vida de manera intensa hay que vivir en pareja. Si de plano no funciona y ya luchaste por sacar adelante la unión, pues ni modo, aunque dura la separación existe. En mi experiencia personal puedo decir que encontrar a mi pareja sólo se puede comparar con la alegría que sentí al parir a mi bebé. ATTE. "Con la cabeza en las nubes y los pies en la tierra".

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