9 mar 2010

Hoy te besé

En un sueño te soñé y te besé.
Mientras estabas sentado en un sillón ordenando algo de comer, te deleitabas con una trufa de chocolate dulce que te había regalado y puesto en tu boca segundos atrás. Dicen que el chocolate es un afrodisíaco y quedó comprobado, pues sin aún terminarlo de degustar salieron hacer justicia esos besos que guardábamos mutuamente.
La memoria corporal activó los recuerdos inmediatamente: tus labios, tus manos en mi rostro y las mías en el tuyo, la tersura de tu lengua, el calor de tu vaho al suprimir las distancias, la precisión exacta para embelesar con un solo beso; todo eso recordé en un sueño.

Sé que no sirve de nada un sueño (pues un sueño, sueño es), pero la experiencia vicaria fue tan vívida que tenía que escribirlo para que no olvidar a qué saben los besos.

Besarte es delicioso, es el dulce más exquisito que he probado en mi vida.

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