22 mar 2010

Enamorándome de nuevo

Vi las fotos y de inmediato me volví a enamorar de él. Su sonrisa color carmesí, sus ojos almendrados de los cuales despedía luz, sus largas pestañas, su sonrisa tímida a causa de sentirse expuesto a la lente... eta todo un lindo ángel con carita de porcelana: me enamoré de él de nuevo.
Es sorprendente cómo llegó el flechazo para reincendiar el amor, no de una mamá cuerva que se elogia de la hermosura de su hijo, sino un amor en el que uno imprime la razón y los motivos de existir, de que lo que he caminado a su lado en estos dos años y tres meses han sido gratificantes, compensadores de todo cansancio, de todo hartazgo; incluso, de toda apatía que de repente sobreviene cuando se encuentra en una crisis "berrinchística".
Verlo en esa foto vestido de gallito ha sido escuchar sin palabras que voy por buen camino, que he tomado las decisiones correctas y que Dios tiene un gran propósito para su vida: alguien con esos hermosos ojos llenos de luz debe ser un instrumento en las manos de quien lo formó; de eso no me cabe la menor duda.

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