28 ene 2010

Valientes aprendices

En pleno centro estaban ahí: tres fantásticos aprendices de agentes de tránsito haciendo señas como super héroes de historieta.
Lo curioso es que en un solo cruce (ni siquiera principal), había tres de estos personajes, la razón: imagino que los automovilistas, choferes de camión, taxistas y peatones imprudentes son tarea de más de dos.
El que llamó mi atención es el que daba frente al camión en el que iba, ya que con aire de Superman tenía la mano extendida marcando alto de una forma tan autoritaria, que ni un camión ni carro, trato de sobrepasarlo; además de que de ser así se hubiesen llevado de corbata al compañero que estaba dejando pasar al flujo vehicular de oriente a poniente.
Hacía años que no veía agentes haciendo sus prácticas en la calle. No cabe duda que siguen valientes que toman este oficio en esta capital donde la justicia se ha ido de vacaciones y la autoridad se encuentra devaluada.
Mis respetos por la esperanza que vi en sus miradas de querer aportar un cambio, por el arrojo de estar ante desenfrenados choferes (de cualquier vehículo); sólo espero que a la vuelta de unos 10 o 15 años, esas fuerzas y esa pasión con la que dirijan el tránsito no se resuma en un ademán, medio descifrable, hecho con el dedo desde una esquina cómoda cuya atención es atraído por un silbido apenas audible del silbato a punto de medio caer de sus labios, a no ser por el cordón dorado que lo sujete a su camisa.

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