15 jul 2010

Divenire

Luna, surge refulge tu faz de plata, despierta del letargo,la tormenta empieza a menguar, los mares empiezan a tranquilizar, llega la quietud, llega la paz, la tan anhelada paz. Las verdades han traído orientación, una brújula que ha indicado el camino a seguir. Comienza los nuevos bríos, los caminos, las nuevas veredas a recorrer, el bajo fondo se ha tocado, tan abajo, tan al fondo que el impulso debe ser el suficienciente para tocar de nuevo el cielo. Las heridas deben empezar a sanar, han sido lamidas cual gato después de una guerra. Habrá días donde el recuerdo persista, donde la memoria quiera revivir, pero los ojos de un pequeñín, la esperanza de quien inicia la vida es el aliciente suficiente para seguir, sus pequeñas manos proveyendo el ungüento necesario al corazón la medicina perfecta para continuar... para hacer borrón y cuenta nueva, darle vuelta a una página y continuar, sin deseos ni anhelos, solo el vivir la realidad, la que está frente, la que tocó vivir aún sin pedirla.
Como olas de mar viene y va mi vida, tormentosa, azarosa, salada pero deliciosa y llena de vida; con torbellinos, quemadores en sus orillas para que nadie se acerque nuevamente a lastimar, tranquila y serena solo observaré a los que en la playa juegan, pasean, vienen o van... llena de esperanza, al fin y al cabo es la última en morir.

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