2 jul 2010

Cuerpo climático

Ha llegado el calor con sus 40°C y pareciera que mí ser da la temperatura necesaria para seguir alimentándolo por varios días: la presión en tantos aspectos de la vida cotidiana puede hacer sentir a cualquiera una caldera apunto de explotar. Ayer por la noche que me refugié en un restaurante para seguir con el trabajo, asqueada de las cantidades de café que consumí en el día para permanecer despierta, en la carta del llamó la atención una bebida en especial. Llegó en copa y una sonrisa de mis labios le dio la bienvenida: una sensación relajante apareció pese a la presión, y fue cuando el cielo empezó a nublarse, y a correr un delicioso aire por el centro de la ciudad. Llegando a casa llovió y hoy mis ojos se deleitan al ver y sentir lo hermoso que es un delicioso día nublado, apreciado por las 6 horas de sueño corrido. Un cuerpo climático es lo que tengo, y pensando en ello me siento culpable de los días infernales de calor en Culiacán, pero la calma empieza a llegar y con ello los días nublados; o por lo menos eso espero.

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