17 may 2010

Un regalo especial

Tenía varios meses dando vueltas en las tiendas de telas para ver, si de causalidad, había una con trenecitos, y si no fuese mucho pedir, del Thomas y sus amigos; esto para tener una reserva de sábanas para la camita de mi pichirrín y empezar a dormirlo sin pañal: un gran paso que tenía que ser motivado con un regalo especial.
Por casualidad en días pasados entré a matar un poco de tiempo a una de estas tiendas y cual fue mi sorpresa que me topé, ni más ni menos, que con el mismísimo Thomas y sus amigos. ¡No lo podía creer! Tuve que esperar a la quincena para comprar estas telas pero valió la pena. Las guardé para que el chiquilín no las viera, las lavé, y el sábado (tendidas en el patio) cuando se levantó de su siesta y miró por la ventana del cuarto, vio muchos "pupus"; se emocionó tanto que hasta gritó... valió la pena la espera; sin embargo, hasta ahí quedó la sorpresa. Me da gusto verlo tan contento al irse a dormir y verlo despertar con su "pupu" Thomas. Detalles así no tienen precio.

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