11 ene 2007

Elucubración

Lo cierto es que hay días muy lindos, hay días muy malos y hay días realmente nefastos en los que pienso que no fue buena idea levantarme de la cama; sin embargo, hoy, viendo El David bañándose en la fuente de la Plaza Janeiro, mientras camino y disfruto del sol y el aire frío debo confesar que esta es la más grande y excitante aventura que he emprendido.

Además, no cabe duda que los xoloescuintles realmente me hacen el día.

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