Caminando hacia los leones, uno puede pensar que las cosas van de mal en peor, pero cuando el viento te acaricia la cara y juega con tu cabello; es un consuelo que no se puede rechazar. Las cosas quizás no vayan tan mal.
Soy una persona alegre y en el momento más feliz de mi vida, y me gusta compartir con quienes se encuentran a mi alrededor aquello que he encontrado y da luz a mi vida, cada día, las 24 horas del día.
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