7 jun 2010

Ardida

Luego de un año sin visitar Altata, regresé a la ciudad ¡ARDIDA! pero de la espalda. Confiada del día nublado y la deliciosa brisa marina hice menos la resolana y el unos cuantos rayos de sol que salieron a bailar, para luego aparecer de lleno en el escenario. En el momento no sentí nada, es más, ni siquiera un cosquilleo, fue hasta llegar a casa que la blusa al tocarme la piel empezó realmente a molestarme. Bañándome para quitar arena y sal, el agua fría se sentía de una forma tan especial que no que quedó más que resignarme darme cuenta que estaba roja como el emoticon de messenger. Es la segunda vez (aunque la primera sí fue más fuerte) que me quemó así, sé que no fue tan fuerte porque pude dormir; la anterior ardida fue en Mazatlán y de plano tuve que ir por solarcaine y dormirme boca abajo.
El saldo después del día de la quemada es usar una blusa sin mangas y una interior para tener la menos tela posible rozando la piel. Sólo espero que no dure mucho.

2 comentarios:

  1. Qué envidia, Coma!! Ya tengo ganas de pasarme unos días en la playa (de pérdida un diíta), aunque regrese mega-ardida!
    Ahhhh... sol, arena y mar: ¡Qué ricura!!

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  2. Ya que venga nos vamos a los Altatas beach a pasear con el chiquilin pa´ que se dé su respectiva ardida ;)

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