30 ago 2009

Libros que todo padre debe leer


Recuerdo que en una ocasión, estando pequeña, vi que mi papá leía libros sobre educación para hijos pequeños y temas afines. Cuando llegué a verlos de nuevo, durante mi adolescencia, pasó por mi mente que había sido inútil haberlos leído; sin embargo, hoy más que nunca, creo que le ayudaron en algo, ¡aunque no lo crean!

Ser padre o madre es algo que no se aprende de la noche en la mañana. En el caso de las mujeres, no es algo que durante los nueve meses de gestación se nos da por añadidura, y a los padres tampoco, durante el momento que cargan a su hijo(a) por primera vez en sus manos.

Alguna vez leí una frase que me encantó: "Cuando un bebé se sujeta por primera vez de la mano de su padre, éste nunca lo podrá soltar". La visual de una pequeña mano y el dedo de un padre que recién carga a su hijo, y cómo él queda prendando, no se me quitó de la mente.

En este camino con Hans, ya con casi dos años por cumplir, también busqué libros, pero ninguno me convencían, el primero que me obsequió mi papá fue una bendición (Cómo criar hijos respetuosos en tiempos irrespetuosos) pero los dos siguientes han sido un parteaguas, que me ha ayudado no sólo a entender a mi hijo, sino también a mí, mis hermanas e incluso a mis padres. />Los cinco lenguajes del amor de los niños, es un libro hermoso, donde los autores van guiando al padre a identificar las necesidades amorosas de los hijos y poder suplirlas, así como saber corregirlos con amor y no con ira. Pues padre es el que disciplina y no el que desquita su enojo con alguien que apenas va descubriendo el mundo. Tiempo de calidad, palabras de aliento, regalos, actos de servicio y contacto físico son los lenguajes que Chapman y Campbell detallan a los padres para "llenar el tanque de amor" a de sus hijos y que éstos sean hombres y mujeres seguros en su vida.

Mi reto luego de leer este libro, ha sido encontrar en Hans cuál es su lenguaje principal, aunque todos está cubierto por mí, hay uno que predomina con el cual le reafirmo mi amor por él, y éste al parecer es tiempo de calidad. Tengo cinco días dedicándole media hora o cuarenta minutos luego de llegar a casa, tiempo en el que sólo estoy con él y soy para él, aún con el hambre que puede tener, prefiere estar conmigo jugando en el cuarto. Con tan pocos días de aplicar esta nueva modalidad de tiempo de calidad, Hans a disminuido sus rabietas y berrinches, que me tenían lo que le sigue de desesperada. ¿Hay lenguajes de amor? No me cabe la menor duda.

Además, Todo niño necesita una mamá que ora y ahí estoy yop. Aunque tengo la promesa de Dios que él está con él y conmigo y nada nos faltará, la brecha en oración sigue: por su educación, sus amigos, la educación que le dé, su esposa, y demás...
La situación actual pondría a cualquier padre, madre o ambos, con el alma en un hilo; pero si oras y confías en Dios, ¿por qué habría de temer? Se los recomiendo.

Mil gracias Magui por estos libros, por que su llegada fue oportuna, ni antes ni después.

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