Las vi pasar frente al parabrisas. Volaban con prisa, como si el viento del norte las corretiara para llevarlas a su destino final. Por un momento las envidié, por sus alas, por el viaje que emprendían, porque sabían cual es su lugar a llegar. Mis alas no se han roto...pero ¿por qué tengo ese sentimiento? Quizás sea la ausencia de lugar a llegar y que la búsqueda se tornó más que insaciale, incansable. Sé que llegará el día en el que de nuevo se desplegarán. |
11 ago 2007
Mariposas
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