Hoy sentí tus manos en él, y fue como sentir tus manos en mi rostro. Hay dulces recuerdos que atesoro, y uno de ellos son la textura de tus manos: acolchonaditas, lisas, sin ningún rasgo de daño, indicativo de un trabajo delicado, más no por eso menos fuerte. Al cerrar los ojos y sentirte de una forma extraña que ni si quiera puedo explicar, vi tus ojos posandose en los de él y fue verme de nuevo en los tuyos. Claros, transparentes y dulces como miel. Hoy te pensé todo el día, y él lo sabe, y se mueve de alegría o nostalgia, aún no lo sé, lo cierto es, que hay una sensación extraña luego de lo que hablamos y no sabemos como bautizarla, no tiene nombre, o es inombrable, eso...tampoco lo sé, pero espero que el tiempo dé respuestas, que propicie encuentros (virtuales, reales o en sueños) en los cuales podamos saber quiénes somos y qué esperamos de este maravilloso juego que es la vida llena de hermosas casualidades, como lo fue el conocerte. |
30 ago 2007
Hoy
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