Despertando del sueño para entrar a la pesadilla, el golpe a la realidad ha sido dura, tan dura que es imposible volver a cerrar los ojos para que lleguen de nuevo los castillos en el aire, los arcoiris y nubes de algodón de fantasía.
Me miro al espejo y no logro reconocerme, ¡me han robado el alma! y sin darme cuenta. ¿Por qué a mí? ¿Por qué sucedió? Los hubieras no entran, no tienen sentido ya.
Busco en el rompecabeza una pieza salvable, una pieza que me haga sentir menos culpable, una que ayude a detener este laceramiento o en su defecto que provoque el dolor más agudo e irresistible para nunca más volverlo a sentir.
¿Cómo resolver, cómo concluir sin daños a terceros? Es el taladro incesante, la pregunta constante con respuestas que llenan de mares mis ojos... quisiera gritar, quisiera maldecir, quisiera huir, volar, perderme, dormir y no despertar, quisiera... como (te)quisiera (suspiro), cerrar los ojos y desaparecer.
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¡¡"Amiga", despierta!!
ResponderEliminarLos daños a terceros ya están hechos, como lo escribes los hubieras ya no...
Ya has hecho daño a terceros y los errores comentidos repercutiran en el futuro, te has hecho daño tu misma con tantos castillos en el aire, arcoiris y nubes de algodón.
Mejor por qué no darle vuelta a la hoja, deja que el pasado se vaya, no trates de retenerlo, de hacerlo presente... enfocate en lo que tienes y no en lo que quieres...
¡Suerte!