30 mar 2010

¡Córtenme la cabeza!

No es un diálogo de la película de Alicia en el país de las maravillas , es la versión original de un traumante pasar de cuatro días con un intenso dolor de cabeza incontrolable por 500 y 750grs de paracetamol, que sirvieron como si me los hubiera untado en el pie. Hoy a las 8 de la mañana desapareció el dolor (gracias a Dios). No sé si sean las tensiones del exámen de diseño editorial, pensamientos luego de pláticas, proyectos futuros que quisiera ver cumplidos...

En fin, lo bueno es que ha terminado la tortura medieval y puedo pensar más cabalmente en lo que me acongoja estos días: seguir con mi récord de diez.

26 mar 2010

Somos más los buenos

Si hay algo que me gusta aún de Culiacán, pese a toda la "guerra" que pudiera haber, es que habemos más gente buena (como bien lo dice mi amiga Yazmin en una de sus puestas en escena).
Muestra de ello es el haber conocido a una linda chica que conquistó mi pichirrín: Elisa. Es una chava que luego de tomar el camión a la misma hora y darme su asiento en repetidas ocasiones, luego de verme con Hans cargando, su mochila y la mía; hemos entablado una linda amistad.
Es una niña muy trabajadora, una jovencita trabajadora y encantadora. Sé que muchos pensarían que la situación no está para que confíes en la gente, que uno ya no sabe...pero es cuando uno decide aún tenerle fe a la humanidad y demostrar que sigue habiendo gente calidad y que le piensa en el otro también.
Es bueno encontrarse con gente así aún. Es reconfortante para el corazón saber que habemos gente que aún estamos dispuestas a regalar una sonrisa por gusto y un "buenos días" sincero.

La importancia del nombre

No fue fácil elegirlo. Tenía que ser un nombre con un significado especial, que en español pudiera pronunciarse bien y se entendiera, que cada vez que llamara a mi hijo fuera una proclamación, que impactara su personalidad (al final de cuentas los nombres nos marcan), no tenía que estar repitiendo ningún nombre de la familia (no cuenta George porque es en inglés) y que se escuchara bien con el "Thomas"; pues sería el encargado de perpetuar el apellido.
Así fue como escogí pasaron ocho meses del embarazo y casi para finalizar tuve en mi mente y corazón el nombre que llevaría: Hans. Es un nombre corto pero con un gran significado: Dios es misericordioso. Y qué mejor muestra de ello que su vida, aún cuando parecía imposible e increíble el milagro de su concepción.
Hubo muchos nombres que fueron descartados (Hilalson (el hijo de la Luna), Richard, Hilal...) pero qué mejor que Hans.
Sé que los nombres tiene una gran repercusión en la persona que lo lleva, y hay quienes habla de "diosilidades" pues mi pichirrín es hijo de quienes llevan como significado en sus nombres "¿quién como Dios?" y "hombre de Dios".

En fin, comentarios y sobremesa de comer entre compañeras que preguntan sobre el porqué del nombre de mi chiquilín.

25 mar 2010

Una nariz inoportuna

Es horrible sentir mocos en la nariz y no poderte sonar, o peor, obtener únicamente agua de ella. Más horrible aún es estar en tal estado cuando está cerca un evento próximo tan importante... como un cumpleaños, por ejemplo.
Sentirse con el cuerpo cortado, ojos llorosos y traer la nariz imposible de controlar sus fluidos hace que el intento de celebrar quede en planes para cuando te sientas mejor o, de plano, se opte por quedarse en casa reposando la gripa. La escena se vuelve más catastrófica si aprovechando la "milonga" el cerebro te juega una mala pasada y viene a la mente una retrospectiva "invasora" que al llegar no sabes si te te duele la humanidad, la bola de años (que te acabas de dar cuenta que llegó a tu puerta sin avisar)o la gripa "oportuna" en plena primavera.
Pese a todo eso, es un día especial y digno de celebrar. Espero que las narices escurrientes hayan dejado pasarla bien (sin ser aguafiestas); de haber dado lata, deseo que el ánimo esté dispuesto para ir a festejar a la brevedad; pues no todos los días se cumplen 39.
¡Felicidades!

23 mar 2010

El esfuerzo

Entre más difícil es algo hay una mayor recompensa al final.
Esta frase de la película El gran pez me recuerda, subraya y da aliento de algo que escuché en la predicación del domingo: Sé que lo que estoy viviendo ahorita dentro de algunos años voy a sonreír, e incluso carcajearme, de lo que son en estos momentos causa de esfuerzos y pesares.

Es una pena que la confidente que me seguía los pasos y se emocionaba conmigo al contarle mis aventuras, se me haya adelantado; sin embargo, tengo un pichirrín que le cuento cuentos que pronto se cumplirán: él se ríe aún sin entender de lo que platico, pero sus risas le imprimen una emoción a la aventura que nunca había experimentado.

Las aventuras están a la orden del día, los desafíos también, pero se disimulan bien cuando los ves como parte del obstáculo a saltar en la carrera de la vida.

22 mar 2010

Enamorándome de nuevo

Vi las fotos y de inmediato me volví a enamorar de él. Su sonrisa color carmesí, sus ojos almendrados de los cuales despedía luz, sus largas pestañas, su sonrisa tímida a causa de sentirse expuesto a la lente... eta todo un lindo ángel con carita de porcelana: me enamoré de él de nuevo.
Es sorprendente cómo llegó el flechazo para reincendiar el amor, no de una mamá cuerva que se elogia de la hermosura de su hijo, sino un amor en el que uno imprime la razón y los motivos de existir, de que lo que he caminado a su lado en estos dos años y tres meses han sido gratificantes, compensadores de todo cansancio, de todo hartazgo; incluso, de toda apatía que de repente sobreviene cuando se encuentra en una crisis "berrinchística".
Verlo en esa foto vestido de gallito ha sido escuchar sin palabras que voy por buen camino, que he tomado las decisiones correctas y que Dios tiene un gran propósito para su vida: alguien con esos hermosos ojos llenos de luz debe ser un instrumento en las manos de quien lo formó; de eso no me cabe la menor duda.

18 mar 2010

Efectos secundarios

Llegar a los treinta empieza a surtir efecto en estos días, luego de casi tres meses de haber llegado a la década de los "ta".
Un tronchamiento infernal me atacó el fin de semana pasado y con él todo los "nunca" que uno suele decir cuando le pasa algo así. Por primera vez en mi vida, luego de una aversión a las inyecciones, tuve que inyectarme sola (en mis piernas, para variar), así como lo leen: SOLA. Tengo testigos oculares que pueden decir que lo hice y testigos presenciales que podría testificar lo insólito de lo que escribo.

Esto me recordó una película que hace tiempo vi y cuyo monólogo de la historia lo retomo en estos días para reflexionar acerca de lo que tengo, me espera y anhelo.

No hay instrucciones para cumplir treinta. Pero si las hubiera, serían estas:

- Haz una lista de todo lo que no te gusta de ti y luego tírala. Eres el que eres. Y después de todo, no es tan malo como te imaginas un domingo de cruda.

Soy como soy, me encanto, con kilos más, con kilos menos, me gusto como soy. Aunque ahorita trabajo con los kilos de más para no tener riesgo de una hernia cervical. De crudas, hace mucho que no tomo para llegar a ese tipo de desgastes.

- Tira el equipaje de sobra. El viaje es largo, cargar no te deja mirar hacia delante. Y además jode la espalda.
Ese está más que tirado. Soy libre como el viento y peligrosa como el mar.

- No sigas modas. En diez años te vas a morir de vergüenza de haberte puesto eso, de todas maneras.
No sigo modas desde...no recuerdo desde hace cuanto.


- Besa a tantos como puedas. Deja que te rompan el corazón. Enamórate, Date en la madre, y vuelve a levantarte. Quizás hay un amor verdadero. Quizás no. Pero mientras lo encuentras, lo bailado ni quién te lo quita.
Lo bailado nadie me lo quita, ya me di con todo tantas veces como pude, me he caído, levantado y sigo de pie. No sé si encuentre el amor, pero sé que tengo dos grandes amores: ese esposo amoroso ideal que me ve a donde vaya y no me suelta de su mano y el mi pichirrín (dos grandes amores que alegran mis días).

- Come frutas y verduras. Neta, vete acostumbrando a que no vas a poder tragar garnachas toda la vida.
Dura verdad, pero cierto.

- Equivócate. Cambia. Intenta. Falla. Reinvéntate. Manda todo al ****** y empieza de nuevo cada vez que sea necesario. De veras, no pasa nada. Sobre todo si no haces nada.
Ahí la llevo; sin embargo, ahora tengo que calcular riesgos porque no soy solo yop quien se dará en la torre con mis desplantes.


- Prueba otros sabores de helado. Otras cervezas, otras pastas de dientes.
Es sano probar, aunque siempre vuelvas a lo mismo. Que no te digan, que no te cuenten.

- Arranca el coche un día, y no pares hasta que se acabe la gasolina.
Eso lo tengo en mi lista de pendientes, y muy seguro llego a Mazatlán (donde se me acabaría la gasolina) pero perfilando al DF.

- Empieza un grupo de rock. Toma clases de baile. Aprende italiano. Invéntate otro nombre. Usa una bicicleta.
Yo quiero parlar italiano, algún día de estos; mi reto en este momento is the english. My new name is "Luna". La bicicleta está en lista de espera.

-Perdona. Olvida. Deja ir.
Perdonado, olvidado y dejado ir está más que anunciado en mi vida.


- Decide quién es imprescindible. Mientras más grande eres más difícil es hacer amigos de verdad, y más necesitas quien sepa quién eres realmente sin que tengas que explicárselo. Esos son los amigos. Cuídalos y mantenlos cerca.
Los y las amo y ellos(as) saben quienes son.

- Aprende que no vas a aprender nada. Pero no hay examen final en esta escuela. Ni calificaciones, ni graduación, ni reunión de exalumnos, gracias a Dios. Felices treinta, viejo. Bienvenido al resto de tu vida.
Quizás no haya calificación, pero mi reto es educar a mi hijo como un hombre íntegro; al final de cuentas somos reflejos de nuestros padres, y aunque quizás no logre ver el resultado final de lo que estoy cimentando, tengo la certeza de que voy por buen camino.

11 mar 2010

Ausencias

"La muerte vive tan pegada a nosotros que su comprensión está al alcance de la razón; lo difícil es sentir nuestra mortalidad como sentimos nuestros huesos, piel y corazón". La tía Pita y otras muertes ordinarias, Victoria Haro.


El lunes falleció la señora de la tienda de la esquina a mi oficina. Sus noventa y algo de edad se fueron con ella, su cabeza de cabellos ondulados y canos dejaron de asomarse detrás del taburéte dispuesto para atender amablemente a quien se acercaba. Su lucidez y su fuerza, pese a los años, era sorprendente y admirable. No podía evitar recordar a mi abuelita May cada vez que la veía; por ello, su partida me ha llenado un tanto de melancolía, de tristeza.

Hoy le dí el pésame a su hija, "¡ánimo, que ella ya descansa y aquí estamos nosotros para apapachar!", fue lo único que le pude decir a la compañera inseparable que tenía a su lado y estaba al pendiente de ella. Entre los vecinos es una pena su partida, y aunque no soy es mi vecindad, y sólo tenía algunos meses viéndola, siento su ausencia.

En definitiva, la muerte, últimamente, se ha dispuesto a rondar por la ciudad; y uno en medio de ella, sólo resta levantar una oración cada día para que no la encontremos a la vuelta de la esquina; como quien hace apenas un par de días lo encontró tomando el camión para ir a trabajar, a dejar a sus hijos...no lo sé, sólo sé que tuve que voltear la cara de mi pichirrín para que no quedara esa imagen impresa en cabeza.

Este tema me recuerda mucho a La tía Pita y otras muertes ordinarias, un libro que de Victoria Haro que me encanta (que también algún día lo compraré) donde, una de las muchas frases que comprenden a mi lista de florilegios, me deja más que reflexionando: "La forma en que nos morimos es parte de nuestra personalidad"; si es así ¿entonces cómo moriré? Sólo Dios sabe.

Cabello de ángel

"Es que así deben de tener los cabellos los ángeles", me dice una de mis compañeras luego de tocarme el mi melena encrespada luego de que mi pichirrín me quitara las peinetas haciéndome cariñitos durante nuestro recorrido en el camión para llegar a la guardería.

"Reina yo también te quiero", y solté una risa, ya que sin darse cuenta me hizo acreedora de un hermoso piropo, incluso, el más lindo que me haya dicho alguien (¡nadie me había comparado con un ángel!).

Ese tipo de cariños espontáneos son hermosos y dignos de conservarse en la memoria, así que ¿por qué no escribirlo, ya que la memoria es traicionera?

9 mar 2010

De besos y sueños

"Un beso debería ser el final de toda guerra, un beso debería ser la réplica de todo beso, el final de toda discusión".
La mirada del Sol, Rodrigo Díaz.

"Empezó a comprender que el amor es una responsabilidad, que deben hacerse promesas y cumplirlas, que hay que estar cuando el otro nos necesita, no guste o no".
El misterio de Brunswik Gardens, Ana Perry.

"La persona que pueda decirte tus sueños es candidata a ser amada. Pero si ellos se saturan de sangre, lo más probable es que sientas la necesidad de morir por ella."
Perro de luz, Gerardo Sifuentes

"Yo digo la voluptuosidad única y suprema del amor reside en la certeza de causar mal. Y, desde su nacimiento, el hombre y la mujer saben que el dolor reside toda voluptuosidad".
Baudelaire

Hoy te besé

En un sueño te soñé y te besé.
Mientras estabas sentado en un sillón ordenando algo de comer, te deleitabas con una trufa de chocolate dulce que te había regalado y puesto en tu boca segundos atrás. Dicen que el chocolate es un afrodisíaco y quedó comprobado, pues sin aún terminarlo de degustar salieron hacer justicia esos besos que guardábamos mutuamente.
La memoria corporal activó los recuerdos inmediatamente: tus labios, tus manos en mi rostro y las mías en el tuyo, la tersura de tu lengua, el calor de tu vaho al suprimir las distancias, la precisión exacta para embelesar con un solo beso; todo eso recordé en un sueño.

Sé que no sirve de nada un sueño (pues un sueño, sueño es), pero la experiencia vicaria fue tan vívida que tenía que escribirlo para que no olvidar a qué saben los besos.

Besarte es delicioso, es el dulce más exquisito que he probado en mi vida.

8 mar 2010

De primeras veces

La escena es inolvidable: sentada en el área de juegos del Burguer King junto con mis amigas de la prepa, Karime y Anany, estábamos cada una cuidando a su chamaco(a) mientras platicábamos, luego de algunos meses de no vernos. Para mí, luego de un momento, fue como un sueño; de repente, justo en ese preciso momento, no podía dar crédito de lo que estaba viviendo: era una mamá junto con mis amigas, aquellas con las que habíamos sido cómplices de travesuras preparatorianas, y sin más se vino a mi mente la frase famosa que un día dijo Elvia "cumples los 15 (años) y de una ya tienes 20 y luego hijos". Y así fue precisamente como en un abrir y cerrar de ojos me vi de nuevo en mi condición de mamá, junto a mis compañeras de butaca.

Lo comenté con Karime quien me llevó a casa luego de la velada tan agradable, entre gritos, llantos, risas, papas a la francesa y chiken tendders: "hermosa, nuestra primera vez, como todas una mamás. ¿Te haz dado cuenta del tiempo que ha pasado? ¿alguna vez te imaginaste que yo estuviera en una reunión así". "Sí, contestó, cómo cambian las cosas, ¿verdad?".

Peligro

Este fue el himno de las solteras de cierto bar al que solía acudir hace ya algunos años. Esta canción la llegamos a entonar con tanto dolo que encarnaba la situación amorosa de cada una en ese momento.
Han pasado los años y esas solteras nos hemos vuelto todas unas mamacitas: unas con la fortuna de tener a su lado a alguien (incluso a quienes dedicaban la canción), otras ya divorciadas y unas terceras con el simple placer de tener un hijo.
Es curioso estos días donde la memoria falla y cómo el encontrarme con canciones específicas, éstos salen de donde se encontraban ocultos.
Peligro fue el himno que se cantó por dos años seguidos en Las Ventanas, aquella época donde un grupo de amigas se juntaban para tomar la cerveza del relax. Ángel de Fuego era la canción que delataba nuestro amor por ellos, por ese, por él.

Seguido de un grito al escuchar la introducción de la canción, a coro todas gritábamos (perdón, cantábamos) "Nuevos ojos, nueva piel, nuevas las manos del placer, van metiéndose y de a poco dominando,mi querer, mi querer"; luego la afirmación de ser todas unas chicas intensas "...La aventura que posiblemente sea, una más,pero como siempre he sido muy intensa, pienso que te quedarás..."

Lo curioso de la canción es la aportación que cada una le daba, pues mientras unas le daban un feeling ardido, otras lo era en tono de propuesta indecorosa, y otras más de castillo en el aire.

Ángel de fuego no se quedaba atrás pues la simple afirmación "Dos rojas lenguas de fuego,ya no pueden resistir", levantaba los gritos entre el público masculino que teníamos acaparado y que, amigos fieles, aplaudían para levantar el ego femenino.

En este momento hay una frase que me impacta: Y al olvido de los días, imagino tus caricias, y te pido quédate...en fin, es una canción.

5 mar 2010

Coqueteo infantil

Salí con Hans a que paseara con su moto por la privada. Al dar la primera vuelta nos encontramos con que Emma (la nieta de una vecina quien tiene 2 años)y estaba gritándole a mi pichirrín desde la cochera de la casa, pues quería salir y el abuelo estaba ocupado y la abuelita (quien es la que la lleva a pasear) no estaba. Así que Hans se acerca y le dice "ven, ven, úbete Emma, úbete". Y la chiquilina llorando porque no podía salirse para irse a dar la vuelta con Hans en su moto.
Para que dejara de estar enardeciendo vagancias, le dije a mi pichirrín que siguiéramos dando la vuelta y estábamos encaminados cuando a la vuelta de la casa, estaba una vecina barriendo la banqueta de su casa y su hija de un mes estaba afuera con ella. Hans, toda propiedad, se detiene y le dice "ven, ven, úbete, úbete". "Niño, vamos a seguir dando la vuelta porque la nena está ayudándole a su mamá a barrer", le dije y haciendo caso se despedía de la niña diciéndole adiós.
A la tercera vuelta nos metimos a la casa para darle de cenar.

Luego de analizar la acción de Hans, me sorprende que tan pequeño ya invite a las niñas a subirse a su moto, comentario que le hice a mi hermana Giselle, quien se rió mucho y dijo que era un coquetón. Escribiendo esto, me doy cuenta que soy una mamá celosa y que mi hijo está muy chiquito aún para invitar a nenas subirse a su moto.

Una estrellita azul

El esfuerzo que implica el estar en la escuela ha hecho que la calificación del segundo módulo haya sido como un sundae de chocolate sabor chocolate a mi paladar. Las preocupaciones económicas, el tiempo que le robo a mi pichirrín, los desvelos y desmadrugas, las lecturas y lecturas, el seguir buscando información en la web para seguir alimentando las neuronas con el nuevo conocimiento...han valido la pena.

En la primaria (y hasta preparatoria) nunca fui una persona de dieces, me caracterizaba más mi esfuerzo y dedicación que mi calificación. En la universidad fue otra cosa, había un mayor interés de por medio; pero ahora en esta nueva etapa es nuevo, cada 15 días llega la emoción-placer muy parecida a la que Michelle de cinco años encontró cuando por primera vez la llevaron a un parque de diversiones grandísimo (Reino Aventura) y donde por un día el tiempo se detuvo.


Mi alegría fue extensiva para con mi pichirrín, un gran abrazo cuando lo recogí de su guardería y el enorme beso que me dio parecía que sabía que mamá estaba muy contenta. Le dije al ir rumbo a la parada de camión que nos habíamos sacado un diez, que mamá estaba sembrando para un mejor futuro para dos y que éste esfuerzo tendría una gran recompensa. Justo venía dándole besitos cuando entré a una tienda de globos para comprarle uno (no el que yo hubiera querido,sino el que el bolsillo permitió pagar en ese momento) pero mi pequeñito estaba encantado con su globo de estrellita azul, jugó con él toda la tarde, durmió con él y hoy amaneció con él enarbolándolo orgulloso. Nuestra siembra de estrellas.

2 mar 2010

"Fea, fea no estás"

"Reina, pero si fea fea no estás. Hay otras peores. Hay gordas feas y gorditas, como tú, que tienen linda cara", platicaba una señora a una jovencita justo atrás del asiento del camión donde iba rumbo a la escuela.
"Que si te conviene", "tu corazón qué siente", "qué quieres tú", que fulanita acá, perenganita allá...en fin, toda una plática de café ventilada en 20 minutos de camino al centro.
Esto es algo único, no lo he visto en ningún lados, más que aquí; o quizás en México entre universitarios desmadrosos en el metro como parte de su forma de medir su valentía ante el grupo; porque no recuerdo ocasión alguna donde alguien fuese gritando como con tan singular alegría lo hacía esta señora, digna representante culichi de hueso colorado.

Lo curioso fue que luego de escuchar tan peculiar conversación, es que no pude entender si esta señora estaba tratando de animar a la muchacha o, de plano, derrumbar su moral luego de gritarlo a los cuatro vientos.